
San Miguel Arcángel
Copatrón de Mislata
Las fiestas de San Miguel Arcángel ponen cada año el broche final al calendario festivo del verano en Mislata, celebrándose el último fin de semana de septiembre.
Con raíces que se remontan a la Edad Media, cuando San Miguel fue la primera devoción cristiana tras la conquista de Valéncia, estas fiestas combinan lo religioso y lo popular: procesiones, pólvora, música y gastronomía mantienen viva una tradición con siglos de historia.

Origen de la devoción a San Miguel en Mislata.
Las fiestas de San Miguel Arcángel son una de las tradiciones más antiguas de Mislata y marcan el inicio del otoño, celebrándose cada año el último fin de semana de septiembre. Su devoción se remonta a la época medieval, pues San Miguel fue considerado el primer patrón cristiano de la villa tras la conquista de Valéncia en 1238.

Según la tradición, la antigua mezquita de la Morería fue cristianizada y dedicada al Arcángel. Sin embargo, los documentos no permiten confirmarlo con certeza. Se sabe que la población mudéjar mantuvo el uso de la mezquita durante siglos, por lo que es de suponer que la ermita era realmente alguna instancia del desaparecido Castillo de la Morería habilitada como capilla cristiana.

Con la cristianización forzada de los moriscos en tiempos de los Reyes Católicos, es probable que la mezquita pasara definitivamente a ser la Ermita de San Miguel Arcángel, custodiando allí la imagen. El pequeño templo se mantuvo en pie hasta el siglo XVIII, cuando, tras la construcción de la actual Iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles, cayó en desuso y acabo desapareciendo.
Aun así, la devoción al Arcángel nunca se perdió, y las fiestas en su honor han sobrevivido hasta nuestros días, convirtiéndose en un símbolo de la identidad mislatera.
Tradiciones y actos festivos
Las celebraciones de San Miguel combinan lo religioso, lo festivo y lo popular.

La Passejà:
El programa de actos comienza con la tradicional Passejà de San Miguel, un cortejo en el que los clavarios portan la imagen del Arcángel por las calles de Mislata. El ambiente se llena de luz y devoción gracias a las antorchas y la pólvora, acompañados por la música que envuelve al recorrido.
Gastronomía:
La fiesta continúa con los encuentros gastronómicos organizados por los propios clavarios, entre los que destacan la chocolatà y la esperada torrà de embutidos, que reúne a vecinos y visitantes junto a las brasas.
Pólvora:
Como no podía faltar en Mislata, la pólvora vuelve a ser protagonista con mascletà y fuegos artificiales, que llenan de ruido, color y emoción las fiestas.

La Dansà y la procesión:
Uno de los momentos más esperados es la Dansà de San Miguel, en la que la Plaza de la Constitución se convierte en escenario de tradición, música y baile. El folclore valenciano toma el protagonismo en esta danza popular que simboliza la unión entre devoción y cultura, recibiendo al Arcángel a las puertas de la iglesia.
Finalmente, tras finalizar la Dansà, la procesión en honor a San Miguel cierra las celebraciones. La imagen del santo recorre solemnemente las calles acompañada por los clavarios, vecinos y la música procesional, poniendo el broche final a unas fiestas que, con siglos de historia, siguen vivas en el corazón de Mislata.

