
Iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles
Barroco valenciano en el corazón de Mislata
En pleno corazón de Mislata se alza su templo más emblemático y antiguo el cual no solo es un lugar de culto, sino también un símbolo de identidad pues sus muros han sido testigos de algunos de los momentos más importantes de la historia del municipio. Hoy en día es un referente espiritual, patrimonial y cultural, punto de encuentro y unión de tradición y fe en la vida cotidiana de Mislata.

Historia
La mezquita andalusí y la Ermita de San Miguel

Pese a su pequeño tamaño, la Mislata musulmana ya contaba con fortificaciones y una mezquita situada en la actual plaza de La Morería.
Debió tratarse de una pequeña mezquita rural de construcción sencilla, la cual contaba con un pequeño patio o jardín trasero.

Se dice, que con la toma de Valéncia por las tropas cristianas de Jaime I de Aragón la mezquita fue cristianizada convirtiéndose en una ermita dedicada a San Miguel Arcángel el cual fue, durante mucho tiempo, el primer patrón de la población, aunque es probable que la ermita fuera en realidad una capilla instalada en el propio castillo aprovechando algunas dependencias del complejo ya que, según documentos, la mezquita de la Morería continuó en funcionamiento tras la conquista.
La vieja ermita o capilla no contaba con párroco, pues dependía de la Parroquia de San Nicolás, y tenía un uso limitado pues era propiedad del Castillo-Torreón por lo que los vecinos debían trasladarse hasta Valéncia para las celebraciones importantes.
Esto llevó a que los mislateros solicitaran la segregación de Mislata de la Parróquia de San Nicolás con la construcción de un nuevo templo parroquial en la zona cristiana de Mislata (el conocido como "Carrer dels Christians") adaptándose así al crecimiento de la población.
La primera iglesia de Mislata: la iglesia de San Nicolás
La insistencia de Mislata por tener parroquia propia dio sus frutos y en 1535 se comenzó la construcción de una pequeña iglesia gótica, prácticamente una ermita grande, en el solar que ocupa actualmente la Iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles coincidiendo el trazado de sus muros con la ubicación de las columnas de la nave central del templo actual. Posiblemente estuviera dedicado a San Nicolas de Bari.

Con la construcción del nuevo templo fue posible desmembrarse de la Parroquia de San Nicolás erigiéndose en rectoría independiente cuyo primer cura fue Don Antonio Bonet. Todo esto hizo posible la construcción del primer cementerio cristiano que se levantó en el solar anexo a la iglesia y que ocupaba todo el espacio desde el templo hasta la actual plaza del 9 d'Octubre.

La iglesia barroca de Ntra. Sra. de los Ángeles
Tanto la Ermita de San Miguel como la de San Nicolás dieron servicio a los mislateros hasta principios del siglo XVIII cuando, debido al crecimiento de la población, se decidió construir un nuevo templo de mayor tamaño.

La nueva iglesia comenzó a construirse sobre la ermita anterior en 1704 finalizando las obras en 1755.
Aunque desconocemos quien fue el arquitecto encargado de la construcción del templo, sabemos que participaron diferentes artistas "in situ" dando como resultado un acabado con varias desigualdades en algunos elementos de la construcción como ligeras diferencias en la anchura de algunas columnas o diferentes acabados en la ornamentación que decora el interior de las naves.
La construcción se llevó a cabo sobre un terreno aluvial compuesto principalmente de arenas y gravas, lo cual presentó algunos desafíos para la cimentación. Para ello se utilizó una capa de tierras de aporte compactadas como estrato resistente.

El templo fue construido siguiendo el estilo barroco valenciano con elementos propios de las iglesias barrocas de las zonas rurales. Presenta una fachada sencilla, una torre campanario de 30 metros de altura que fue completada en fases y tres naves con capillas laterales separadas por pilares y cubiertas con bóvedas de crucería.
La cúpula fue construida con hiladas de ladrillo macizo, con base de cuarzo, feldespatos y silicatos, cubierta con tejas marrones y decorada con tejas vidriadas en azul en los nervios.
A lo largo de la historia el templo fue decorado con retablos de madera y pintura mural y, aunque no disponemos de imágenes anteriores a la Guerra Civil, sabemos el aspecto de debió tener gracias a la descripción realizada por Martinez Aloy en su visita a Mislata a finales del siglo XIX:
"El esqueleto del templo, que tiene muy regulares trazas, se acomoda bien al Renacimiento, y toda su decoración se desenvuelve a merced de un desahogado churriguerismo.

Es el interior del templo un rectángulo, en cuyo testero se levanta el altar principal, dedicado a Nuestra Señora de los Ángeles, y en los muros laterales se apoyan las siguientes capillas: Nuestra Señora de Belén, la Purísima, San Miguel Arcángel y San Antonio de Padua en el lado del evangelio, y la Virgen del Rosario, la Virgen de los Dolores, el Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer en el lado de la epístola. A la otra parte del crucero, que tiene cúpula con su linterna, se hallan la sacristía y la Capilla de la Comunión.
A uno y otro lado del altar mayor hay dos cuadros que ofrecen algún interés; uno de ellos es el retrato de Santo Tomás de Villanueva, que hizo pintar Francisco Clemente, presbítero, maestro en artes, doctor en teología y vicario de la Iglesia de San Salvador, de Valéncia, a quien suponemos natural de Mislata. El otro cuadro, que parece del siglo XVIII, representa a San Casiano, obispo de Breson, en el acto de ser martirizado por los niños de la escuela. Su composición es original y complicada.
No encontramos joyas en ésta iglesia que fue impíamente saqueada por los franceses."
El reloj de la torre y la ampliación de 1911.

En el año 1905, siendo alcalde Don Agustín Cerveró, fueron instalados el reloj con toda su maquinaria en el último piso antes de llegar a la sala de campanas tal y como indica una placa instalada en la propia maquinaria.
Años depués, en 1911, se llevaron a cabo diferentes reformas con el fin de ampliar la iglesia. Se trató de una intervención significativa cuya obra fue dirigida por el maestro de obras Vicente Mir Bernial, quien se encargó de adaptar la estructura existente a las necesidades de la comunidad en crecimiento.

Por aquel entonces Mislata experimentaba un notable crecimiento demográfico y urbano y el templo comenzaba a resultar insuficiente para albergar al creciente número de fieles.
Éstos trabajos debieron estar centrados en la extensión de las naves laterales, la reconfiguración de las capillas para adaptarse a nuevas devociones o necesidades litúrgicas, mejoras estructurales y una actualización de materiales utilizando otros más modernos o duraderos en ciertas partes del templo.
La ampliación de 1911 no solo mejoró la funcionalidad del templo, sino que también reforzó su papel como centro neurálgico de la vida religiosa y social de Mislata. La Iglesia continuó siendo el escenario principal de celebraciones, festividades y eventos, consolidando su importancia en la identidad local.

Asalto y destrucción del templo durante la II República Española
Durante la Guerra Civil española, Mislata fue escenario de una serie de trágicos sucesos que marcaron profundamente su historia y patrimonio.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, centro espiritual y cultural del municipio, fue víctima de un devastador ataque en 1936 tal y como quedó más tarde recogido en la documentación de la Causa General redactada en 1943 a través de testimonios de vecinos y vecinas de Mislata que vivieron aquel trágico momento.

Aquel 23 de julio de 1936, un grupo armado formado por hombres y mujeres se presentó ante la iglesia parroquial. Según testimonios, tras una conversación con el alcalde impuesto en Mislata por el Comité Popular, Fernando Jericó Pérez, éste les entregó las llaves del templo. Acto seguido, los milicianos entraron en el sagrado edificio dando comienzo a una operación sistemática de saqueo y profanación.
Una vez dentro, los asaltantes se dedicaron a destruir, incendiar y robar todos los objetos de culto. Las imágenes sagradas fueron arrancadas de sus altares, arrastradas por el suelo, mutiladas y finalmente quemadas en una hoguera frente a las puertas de la iglesia.

La brutalidad del acto no se limitó al expolio económico: se trató de una agresión simbólica y religiosa, destinada a borrar la presencia del catolicismo en la vida pública del pueblo.
Según los testimonios recogidos en la Causa General, los perpetradores actuaron con total impunidad, protegidos por el clima de terror que imperaba en el municipio. Varios de ellos se vistieron con las ropas sacramentales haciendo befa de la religión católica en el templo y la plaza ante la atemorizada mirada de los mislateros que veían el lamentable acto desde las esquinas de la calle o tras los visillos de sus viviendas.
Tras el asalto e incendio del templo se procedió a obligar a los vecinos a entregar objetos sagrados, de culto privado y vestimentas litúrgicas. Además se requisaron viviendas, huertas y bienes particulares de vecinos de Mislata asociados a la Iglesia o a partidos de derecha. Otros edificios afectados fueron el Convento del Sagrado Corazón o la Cruz Cubierta de Mislata cuya cruz de hierro fue arrancada dañado así la columna y las ornamentaciones que la decoran. Más tarde se instaló una "checa" en el interior del templo siendo el lugar donde muchos mislateros, acusados de colaborar con el fascismo y la parróquia, sufrieron sus últimos días antes de morir en el Picadero de Paterna.
Patrimonio perdido durante el asalto:

El Altar Mayor, tallado en madera de estilo renacentista, fue completamente pasto de las llamas y junto a él las demás capillas y altares.

Imágenes de gran devoción local como la Virgen del Perpetuo Socorro, la Virgen de los Dolores, San Vicente Ferrer, La Purísima, San Miguel Arcángel, la Virgen de Belén, el Cristo de la Fe y, especialmente, Ntra. Sra. de los Ángeles, talla barroca del siglo XVIII, patrona de Mislata y titular del templo, fueron quemadas y destrozadas sin piedad. Solo la imagen de la Virgen de los Ángeles, que presidía el altar mayor, fue evaluada en un valor superior a las ochenta mil pesetas, una cifra considerable para la época, lo que nos da una pista del gran valor que debía tener aquella imagen.

Una de las zonas más sagradas del templo, la Capilla de la Comunión, fue completamente arrasada. Allí se encontraba el sagrario con el Santísimo Sacramento, que fue profanado y destruido. El armonium y el mobiliario litúrgico fueron reducidos a cenizas. En total los daños en ésta capilla se estimaron en otras cincuenta mil pesetas.
Además se destruyeron ornamentos litúrgicos, vasos sagrados, libros, mobiliario y el órgano. También se quemó el archivo parroquial que contenía libros y documentos de valor incalculable, tanto histórico como espiritual, perdiéndose gran parte de la historia de Mislata.
En el Archivo Municipal y parroquial se encontraban documentos históricos que guardaban la historia tanto del templo como del municipio entre ellos una copia del privilegio de Jaime I en el que, el 1 de enero de 1239, concedía a Sancho Llopis de Albero los tres molinos que existían en Mislata en aquella época. Otro documento de gran valor era la copia de Carta Puebla entregada a Mislata el 25 de septiembre de 1611.


Finalmente se arrojaron tres de las cinco campanas desde lo alto de la torre campanario. De ellas sobrevivieron las llamadas "Simbolet", "Quart" (antes "Mitjana") y "Valencia" (antes "Grossa") pues al ser arrojadas a la plaza no se rompieron siendo recogidas y guardadas en el patio o corral de la Casa Gran con la intención de ser fundidas más tarde. Las otras dos fueron destruidas al caer a la plaza de las cuales conocemos el nombre de la llamada "Burlana" de un tamaño intermedio entre la "Quart", la de mayor tamaño, y "Valencia", la tercera en tamaño. "Simbolet" es una campana de 27cm de altura situada en en ángulo noroeste, hoy sin uso, y que se hacía sonar al descubrirse el Santísimo durante la Adoración Nocturna.
Éste trágico episodio no solo supuso la pérdida de un patrimonio artístico y religioso de gran valor, sino también una herida profunda en la memoria colectiva de Mislata, que tardó décadas en cicatrizar.
Posguerra y reconstrucción de la iglesia
Tras la Guerra Civil española se emprendió la tarea de reconstruir la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles emprendiendo un proceso de reconstrucción que duraría décadas, marcado por esfuerzos comunitarios y diversas intervenciones artísticas y arquitectónicas.

Fueron los vecinos de Mislata quienes, a la vez que se comenzaron a tallar las nuevas imágenes, comenzaron a limpiar el templo, improvisando sobre lo que antaño fue el altar mayor, un pequeño altar elaborado con aquellos objetos y materiales que humildemente pudieron aportar en plena posguerra, telas, velas, pintura y, finalmente en 1941, la recién tallada imagen de su patrona, Nuestra Señora de los Ángeles, obra del escultor valenciano Casterá Masiá.

El párroco José Santamaría solicitó ayuda económica al gobernador civil y al Arzobispado de Valéncia. Los primeros trabajos se centraron el la reconstrucción de los altares, adoptando un estilo barroco. Una de las reformas más significativas fue la colocación de un baldaquino en el Altar Mayor.

En 1969 se electrificó el campanario, adaptando las campanas, ya restauradas, al sistema mecánico. Nueve años después, en 1978, se restauró la fachada principal, retirando el enlucido deteriorado y colocando ladrillo visto de Quart, además de un zócalo de piedra de Llíria.
Entre 1987 y 1988 se renovó la instalación eléctrica y se repintó el interior del templo, invirtiendo los colores originales predominando el blanco con detalles en azul claro y dorado.

En 1992, se retiró el baldaquino del Altar Mayor y se instaló una réplica del retablo barroco original, destruido en 1936, obra del arquitecto Vicente Querol, utilizando piezas de yeso prefabricadas y elementos del antiguo baldaquino, como las representaciones de los Cuatro Evangelistas que ahora coronan el retablo.
En 1998, se renovó el pavimento del templo, instalando un suelo de mármol en tonos rojo y blanco, y se remplazaron los bancos por otros de madera de pino de Valsaín.
Entre 2004 y 2005, se restauró la zona del coro y la fachada, además de renovar la red de saneamiento para mitigar problemas de humedad.
Actualmente la Iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles continúa siendo un símbolo de la resiliencia de la comunidad de Mislata, reflejando en su arquitectura y patrimonio la historia de superación tras los estragos de la historia.

Imaginería y Patrimonio.
La Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles ha sido, desde su origen, custodio de un rico patrimonio artístico y espiritual. A lo largo de los siglos sus altares y capillas acogieron imágenes de gran devoción popular que fueron parte esencial de la vida religiosa del pueblo. Sin embargo, este tesoro fue prácticamente arrasado durante la Guerra Civil Española, en uno de los episodios más devastadores de su historia.
Sin embargo Mislata logró reconstruir su iglesia volviendo a dotarla de nuevas imágenes para sustituir a las destruidas en la guerra.
Éste patrimonio no solo tiene valor artístico, sino que constituye una expresión de la identidad religiosa y cultural de Mislata. La historia de sus imágenes y objetos sagrados es también la historia de un pueblo que, pese a la devastación, supo mantener viva su fe y su legado.

Imágenes religiosas del templo:
Nuestra Señora de los Ángeles:

En 1940, el escultor e imaginero Enrique Casterá Masià, natural de Alzira, talló la imagen titular de la parroquia en madera de pino de Suecia. Esta madera, apreciada por su poro fino, textura suave y escasa presencia de nudos, es una de las preferidas por los imagineros para la elaboración de esculturas.
La imagen cuenta con dos metros de altura aparece representada con ricas orlas doradas tanto en el manto como en la túnica, mientras que la Gloria está decorada en oro y acompañada de ángeles policromados. Arrodillado a sus pies y en actitud de oración, se encuentra San Francisco, el cual conserva sus colores tradicionales.

La petición de la imagen fue formalizada por D. José Santarrufina el 2 de julio de 1940.
Originalmente la imagen se ubicaba en el presbiterio protegida tras un cristal que le confería un aire distante y casi enclaustrado, además de estar parcialmente oculta por el antiguo baldaquino. Sin embargo, tras la instalación del nuevo retablo en 1994, su presencia en el templo es mucho más cercana y visible para los fieles.
Virgen de los Ángeles, imagen procesional:
La imagen procesional de la patrona de Mislata fue realizada por el escultor Fernando Llopis Cloquell en 1946.
Se trata de una imagen de menor tamaño que la situada en el Altar Mayor del templo y más similar a la imagen barroca original destruida en 1936, tanto en rasgos como en tamaño.


Santísimo Cristo de la Fe:

En 1940 se talló también la imagen del patrón de Mislata, el Cristo de la Fe, utilizando madera de pino, probablemente de la misma variedad que la empleada para la imagen de la patrona. La imagen fue bendecida aquel mismo año.
La cruz está chapada en madera de nogal y pulimentada, rematada con cantones de plata cincelada.
La obra fue encargada por la clavaría de Mislata en enero 1940, y la solicitud formal a la Junta de Arte Sacro fue presentada por el párroco D. José Santarrufina el 9 de agosto de ese mismo año.
La autoría de la imagen corresponde conjuntamente a Enrique Casterá Masià y José Muñoz Aleixandre.
Cristo de la Fe, imagen procesional:
El 11 de mayo de 2015 fue bendecida una nueva imagen procesional del Cristo de la Fe, de dimensiones similares a la primera de 1940, la cual se encuentra colocada en la Capilla de la Comunión mientras que la anterior permanece en lo alto del retablo del Altar Mayor.
Destaca por su acabado en tonos más oscuros que la original. La necesidad de esta segunda imagen surge por no descender desde lo alto del Altar Mayor al Cristo y ser más fácil el salir a procesionar.

Sagrario de la Capilla de la Comunión:

Se trata de una obra realizada por Enrique Casterá Masià y su diseño está inspirado en la puerta románica de la Catedral de Valéncia.
Ésta fue una de las primeras actuaciones que llevó a cabo la parróquia en 1939.
La Purísima Concepción:

La primera imagen que fue repuesta en la parroquia tras la Guerra Civil fue la de la Inmaculada Concepción, conocida como La Puríssima en tierras valencianas.
Fue realizada en 1939 por Carmelo Vicent Suria, reconocido escultor, dibujante, artista fallero y catedrático de Bellas Artes. En el reverso de la imagen se conserva una pequeña placa metálica con el nombre del autor y la fecha de creación, junto con los nombres de las clavariesas de La Purísima de aquel año.

San Miguel Arcángel:

El 16 de septiembre del año 2022, fue bendecida en la parroquia la nueva imagen de San Miguel Arcángel.
Ésta nueva imagen es una copia exacta de la anterior pero menos pesada ya que esta está realizada con fibra de vidrio, y hueca en su interior, facilitando su transporte durante las fiestas dedicadas al Arcángel.
La nueva imagen fue elaborada por la empresa «Carroses Sánchez».
Cristo Yacente:
Fue elaborada en el año 1944 por Enrique Casterá Masi``a, quien destacaba por sus "Cristos Yacentes", siendo éste de Mislata su obra más original por su recia anatomía.


San Vicente Ferrer:
La imagen del santo valenciano fue tallada por Casterá y Muñoz en 1940 se en pino de Suecia.
La talla de 1'40 metros se encuentra desde 1994 a la izquierda en el retablo del Altar Mayor.
San José:

El escultor José Pérez Gregori talló la imagen del esposo de la Virgen María en 1942.
Tras la instalación del retablo en el Altar Mayor en 1994 la imagen se encuentra en el lado derecho de éste.
Otras imágenes del templo:

El Campanario y sus campanas
El campanario, emblema del barroco valenciano en el corazón de Mislata.

El campanario de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles constituye uno de los elementos más representativos de Mislata. Fue construido entre 1705 y 1755, siguiendo el estilo barroco valenciano y a lo largo de su historia ha marcado la vida de nuestro pueblo dando sonido a fiestas, bodas, bautizos, misas, procesiones, etc. Se trata de una torre de planta cuadrada situada a los pies del templo, erigida sobre un zócalo de piedra y continuada en ladrillo, el material más común en la arquitectura de la época en la comarca. Hoy en día todavía conservan elementos originales del siglo XVIII.
El cuerpo inferior, sobrio y sin ornamentación, cuenta con ventanas que iluminan la escalera interior y un óculo para el reloj. El cuerpo superior, donde se encuentra la sala de campanas, presenta cuatro ventanales, uno por cada lado, y está decorado con pilastras toscanas.

La torre se corona con un entablamiento, una balaustrada y pináculos decorativos.
En su interior, una escalera de caracol conduce a la Sala del Reloj, la Sala de Campanas y la terraza superior.
Antes de la reforma de 1978 el campanario y la fachada del templo estaban enlucidos con mortero mientras que el cuerpo superior de la torre era de ladrillo visto de una tonalidad mucho más oscura que la actual.
Las Campanas:

Antes de 1936, el campanario contaba con un conjunto de cinco campanas. Durante el asalto al templo en julio de ese año, las campanas fueron arrojadas desde la torre rompiéndose la mayor. Más tarde fueron almacenadas en el patio de la Casa Gran con la intención de fundirlas.
Hasta su electrificación en 1970, las campanas conservaban yugos de madera tradicionales y eran repicadas manualmente desde los pies de la torre mediante largas cuerdas.
Actualmente la torre cuenta con un total de 5 campanas:

-"Simbolet": Se trata de la campana más pequeña del conjunto, situada en el ángulo nordeste del campanario y, aunque se desconoce su fecha de fundición, se sabe que es anterior a 1936.
Tiene apenas 18cm de diámetro y su uso estaba reservado a momentos solemnes como la consagración y adoración del Santísimo. Se hacía sonar manualmente mediante una cuerda.
Hoy en día ya no se utiliza, pero conserva su estructura tradicional con yugo de madera.

-"Riu": Situada en la ventana norte del campanario, recibe su nombre por su orientación hacia el antiguo cauce del río Túria. También se la conoce como "la de las monjas", por su proximidad al convento.
Fue refundida en 1970 a partir de una campana anterior de 1942, en los talleres de Germán Roses en Atzeneta d'Albaida.
Su diámetro es de 59cm y pesa unos 118kg. Tiene motor eléctrico y conserva inscripciones como "Reina de los Ángeles".
Era una de las campanas que acompañaba los actos eucarísticos.
-"Quart": Ésta campana, orientada hacia la vecina localidad de Quart de Poblet, fue fundida en 1798.

Tiene un diámetro de 79cm y un peso aproximado de 285kg. Se salvó milagrosamente en 1936 tras ser arrojada desde la torre, y fue reinstalada en 1942. Presenta una sencilla inscripción: "Ave Maria Gratia Plena. Anno 1798", una imagen de la Virgen y una Cruz de Calvario. Por sus características se podría atribuir al fundidor de la ciudad de Valéncia Josep Lleonart.
Antaño era volteada desde la sala de campanas y se repicaba desde los pies de la torre con una larga cuerda unida al badajo. Además se tocaba a medio vuelo para el toque de Difuntos y era la encargada de tocar los cuartos.

-"Valéncia": Ésta campana, también conocida como "la de Valéncia", recibe su nombre por estar orientada hacia la ciudad de Valéncia siendo una de las más antiguas del conjunto pues se estima que fue fundida en 1690, aunque no existe fecha grabada, lo cual, de ser cierto la convertiría en la más antigua del conjunto e incluso anterior a la construcción del templo.
Según el análisis epigráfico de la campana podría estar vinculada al campanero valenciano Miquel de Vielsa, activo en la ciudad de Valéncia a principios del siglo XVII y autor también de la campana "Manuel" de la catedral de Valéncia.
Comparte muchas similitudes con la campana "Quart" y en ella se puede leer la inscripción "Ave Maria Gratia Plena Dominus Tecum", acompañada por una decoración gótica y diversas imágenes, entre ellas San Miguel Arcángel. Al igual que el resto del conjunto fue arrojada durante la Guerra Civil y reinstalada en 1942.
-"Plaça": También conocida como "la de la plaça" o "Sacrament", es la más grande del campanario, ubicada en la ventana sur y orientada hacia la plaza de la Constitución. Fue fundida en 1942 por Manuel Roses Vidal y tiene un diámetro de 113cm y un peso estimado de 835kg.

Lleva la inscripción "Santísimo Sacramento / Mislata 1942" y cuenta con una rica ornamentación. El hecho de indicar el nombre del pueblo en la campana era habitual en los años 40 y se debe a que, durante la Guerra Civil, muchas campanas se retiraron de sus torres sin control alguno. Muchas de ellas acabaron en almacenes y nunca se pudieron identificar ni recuperar debido a que en la mayoría no se indicaba su lugar de origen.
Era volteada desde la sala de campanas y se repicaba desde los pies de la torre. Se hacía sonar para el Ángelus y las Ánimas a diario y a medio vuelo para los toques de Difuntos.