Mislata en la Guerra de la Independencia.

Entre acequias, trincheras y fuego de artillería.

En 1808, tras el levantamiento contra las tropas napoleónicas, la Guerra de la Independencia, o "del francés", se extendió por toda España. Valéncia, rodeada de huertas y protegida por el río Guadalaviar (actual Turia), se preparaba para resistir. A comienzos del siglo XIX contaba con unos 160.000 habitantes, y su defensa dependía de murallas medievales reforzadas con torreones y un foso. 

El mariscal francés Louis Gabriel Suchet, al mando de las tropas imperiales, tenía la orden de tomar la ciudad. Para llegar a Valéncia desde el oeste, debía atravesar Quart, Xirivella y Mislata, puntos estratégicos para el control del río y las rutas de acceso.

Mislata

-posición clave-

La villa se encontraba en una meseta ligeramente elevada con respecto al río, protegida por acequias como la de Favara y reforzada con parapetos y trincheras. Su control permitiría a los franceses dominar el paso del Guadalaviar y abrir fuego sobre las defensas de Valéncia.

En Mislata, la vida cotidiana había cambiado. Los campos de huerta, las acequias y los campos de cultivo se transformaron en parte de la defensa. Los hombres del regimiento de La Princesa, integrados en la división de Villacampa, se encargaron de fortificar la línea que corría tras la acequia de Favara (actual recorrido de la calle San Antonio) un obstáculo natural que discurría paralelo al río y que obligaría a cualquier atacante a detenerse.

El pueblo, junto con soldados y voluntarios, reforzó las defensas: parapetos levantados con tierra y sacos, trincheras excavadas junto a la acequia, aprovechamiento de setos, muros de piedra y bancales para cubrir posiciones.

Las mujeres, ancianos y niños no podían combatir, pero ayudaban transportando agua, alimentos y munición a las posiciones, mientras algunos escondían grano y herramientas para que no cayeran en manos del enemigo.

Asedio de Valencia (26 de diciembre de 1811 al 9 de enero de 1812). Despliegue de fuerzas con el núcleo de Mislata a la izquierda.
Asedio de Valencia (26 de diciembre de 1811 al 9 de enero de 1812). Despliegue de fuerzas con el núcleo de Mislata a la izquierda.

El combate por Mislata

Tropas italianas cruzando el Turia hacia Mislata. Recreado con IA.
Tropas italianas cruzando el Turia hacia Mislata. Recreado con IA.

En la madrugada de un frío amanecer, el horizonte se llenó de movimiento. La división italiana al mando del general Balathier y el coronel Barbieri, apoyada por infantería y artillería francesa, avanzaba desde el oeste. Un puente de caballetes comenzaba a levantarse sobre el Turia para pasar artillería y tropas, mientras otros soldados cruzaban vadeando el río con el agua hasta la cintura, protegiéndose con las riberas y la niebla matinal.

Los puestos avanzados españoles junto al río fueron desalojados a golpe de fusilería, obligando a retroceder hasta las trincheras de Favara.

Las primeras descargas de artillería francesas resonaron sobre la huerta: seis piezas de grueso calibre abrían fuego contra las defensas. El barro de las orillas saltaba con cada impacto, pero los hombres de Zayas resistían sobre la escarpada opuesta de la acequia. Varios intentos de cruce fueron rechazados, y las aguas turbias de la acequia se tiñeron con el reflejo de pólvora y humo.

Los defensores utilizaban cada rincón: los setos camuflaban tiradores, los muros de huerta se convertían en parapetos improvisados y las acequias menores servían para moverse cubiertos entre las líneas.

Mientras la lucha continuaba, un mensaje llegó al cuartel del general Zayas en el interior de Mislata: Quart de Poblet había caído en manos francesas. Aquello ponía en peligro la retaguardia y cortaba una posible vía de retirada.

El general Blake, que supervisaba las operaciones, ordenó replegarse por Xirivella, único camino aún libre.

La retirada comenzó en orden, pero al atravesar los caminos de huerta una carga de dragones franceses golpeó el flanco español. Hubo confusión, disparos aislados, y algunos soldados fueron capturados en el laberinto de acequias y huertas.

La ocupación de Mislata

Con la villa tomada, los franceses establecieron su cuartel en la entonces Plaza Mayor (actual plaza de la Constitución) ocupando también la Casa Gran y el Castillo de la Morería. Desde allí controlaban no solo el río Guadalaviar, sino también el camino hacia el Xúquer, asegurando el suministro y la comunicación con otras posiciones.

La vida en Mislata cambió radicalmente: los molinos, hornos y carnicerías pasaron a abastecer a las tropas imperiales, los campos se requisaron para alimentar al ejército, la Iglesia y varias viviendas fueron saqueadas, algunos vecinos huyeron con lo que pudieron cargar; otros permanecieron, tratando de proteger sus casas y cosechas. Hubo quienes colaboraron con los franceses por interés o necesidad, mientras otros ayudaban en secreto a los españoles.

La pérdida de Mislata dejó a Valéncia mucho más expuesta. Con el control del pueblo, Suchet podía batir las defensas de la capital y preparar el asedio final. En enero de 1812, tras semanas de bombardeos y ataques, la ciudad de Valéncia se rindió.

La resistencia mislatera, aunque breve frente al empuje francés, mostró el valor de un pueblo que convirtió acequias y huerta en trincheras, y que pagó un alto precio por su posición estratégica.

Fuentes:

-https://es.wikipedia.org/wiki/Mislata

-https://arrecaballo.es/guerras-napoleonicas/guerra-de-la-independencia-1812/operaciones-en-valencia-principios-de-1812/

-"La Mislata de otros tiempos" / Autor: Luis Mañas Borrás