La Partida del Quint

El Quint

-origen del topónimo-

Aunque en época romana ya debió existir en la zona una parcelación agrícola y una red de riego que tomaba sus aguas del Turia, el origen del nombre "el Quint" se remonta a la Edad Media, tras la conquista de Valéncia en 1238. Fue entonces cuando las partidas rurales comenzaron a adquirir nombre propio en función de su propiedad, dependencia o productividad.

Tierras del Quint en un plano de 1949.
Tierras del Quint en un plano de 1949.

Con la implantación del Derecho Foral Valenciano bajo el reinado de Jaime I, se estableció un sistema más organizado de control de tierras. El monarca determinó mediante los Fueros a quién correspondían los bienes conquistados.

En aquel tiempo, Mislata era todavía un pequeño caserío agrícola. Muchas de las tierras cercanas al rio Turia pasaron a manos de Sanç Llopis de Albero, y posteriormente a otras familias nobles.

Tras la Reconquista, aparecieron nuevos impuestos, entre ellos el "quint", que representaba la quinta parte del producto agrícola que debía entregarse al monarca o al señor feudal. En Mislata, estos derechos se aplicaban sobre las tierras cultivadas, funcionando como un censo en especie proporcional a la recolección de frutos, una práctica conocida como Partición de frutos. Dependiendo del señorío, esta proporción podía variar, pero en el caso de Mislata, se mantuvo durante siglos en una quinta parte, es decir, el "quint".

Morera centenaria frente al Pou del Quint.
Morera centenaria frente al Pou del Quint.

Un documento de los Establiments redactados en el siglo XVII entre los agricultores de la Villa y Baronía de Mislata y sus receptores, lo deja muy claro:

"Y también que os mantengáis en dar y pagar la quinta parte de los frutos y explotaciones como de costumbre en la mencionada Villa al Conde".

A partir de esas prácticas surgió el topónimo "El Quint", que hacía referencia a las tierras donde los labradores estaban obligados a entregar esa quinta parte de su cosecha al propietario. Con el paso del tiempo, el nombre se consolidó y terminó designando toda la partida agrícola situada en esa zona del término de Mislata.

Imagen aérea de Mislata. Año 1950.
Imagen aérea de Mislata. Año 1950.

Más tarde, el término El Quint se amplió incluso a los terrenos al norte del casco urbano, junto con otras partidas como Canaleta o Regatxo, mientras que las tierras del sur, l'Almassil, els Horts o Cabot, eran conocidas colectivamente como l'Almassil.

Así, el nombre de El Quint no solo evoca un tributo feudal, sino también una parte esencial de la memoria agrícola de Mislata, recordando el vínculo entre el trabajo de la tierra y la historia social del pueblo.

Los orígenes del barrio

Antes de que los bloques de viviendas transformaran el paisaje, la Carretera de Madrid a Castellón, la actual calle San Antonio, estaba flanqueada por una hilera de frondosos plataneros que seguían el recorrido del tranvía 22, el que unía Valéncia con Manises.

A la altura de la calle Marqués de Villores terminaban las últimas casas del casco urbano y comenzaba la huerta. A pocos metros se encontraba el punto donde el tranvía realizaba el cambio de vía antes de abandonar los límites del pueblo. Ese punto, tan reconocible para los vecinos, dio nombre a la zona: "el Cruce". Los campos que se extendían desde allí hasta el antiguo cauce del Turia se conocían como las tierras del Quint, una fértil llanura de huerta atravesada por acequias y caminos.

A la derecha las desaparecidas casas del Cruce. A la izquierda la Alquería de Alamar. Antiguo mapa catastral de 1949.
A la derecha las desaparecidas casas del Cruce. A la izquierda la Alquería de Alamar. Antiguo mapa catastral de 1949.
Grupo de mujeres junto a la pared del abrevadero.
Grupo de mujeres junto a la pared del abrevadero.

En aquellos años, Mislata era todavía un pueblo eminentemente agrícola. Junto al Cruce, cerca de la actual Plaza Mayor, había un pequeño grupo de casas y un bar que formaban el único núcleo habitado de la zona. 

A la derecha de la carretera, donde hoy se alza el Hospital Militar, existía un abrevadero donde las caballerías se detenían para beber antes de continuar el camino. Cerca, cruzando la carretera, se levantaban un pequeño chalet y la Alquería de Alamar, ambas construcciones aún en pie junto a la rotonda del hospital.

Área donde se encuentra actualmente el Hospital Militar.
Área donde se encuentra actualmente el Hospital Militar.

No fue hasta la década de 1950 cuando comenzaron a levantarse las primeras viviendas. El impulsor fue un vecino de Mislata, Vicente Pamblanco Cervera, que junto a su familia construyó una casa sobre un pequeño solar en la actual calle Pizarro. Poco después llegaron otras familias, como los Romero, y sucesivamente nuevos vecinos fueron poblando el lugar.

Por aquel entonces, el barrio era poco más que un arrabal situado en mitad de la huerta, sin servicios básicos: el agua para el lavado se obtenía de una acequia cercana, mientras que el alumbrado provenía de la desaparecida fábrica de Novopan. Con esfuerzo y voluntad, aquellos primeros vecinos fueron consolidando un vecindario unido. La mayoría procedían de Cuenca, Albacete y Teruel, y todos contribuyeron a levantar poco a poco el nuevo barrio.

Con el tiempo, el barrio del Quint fue creciendo junto al desarrollo urbano de Mislata. De aquellas pocas casas rodeadas de huerta y polvo surgió un barrio lleno de vida, que hoy acoge a miles de mislateros y se ha convertido en uno de los barrios más populares y dinámicos del municipio.

El Quint, con sus calles rectas, su gente trabajadora y su corta historia, es el mejor ejemplo de cómo Mislata pasó de ser un pueblo agrícola a una pequeña ciudad moderna sin perder la esencia de comunidad que siempre la definió.

Fuentes consultadas:

-La Mislata de otros tiempos - Luis Mañas Borrás